Estuve enferma, abandonada y abusada de niña, pero con la Gracia de Dios lo superé y Él usó mi vida en formas maravillosas

** No reimprimir este artículo sin permiso


Escrito por Joanna para Life Defenders

Isaías 40:31
"mintras que a los que esperan en Yahveh 
Él les renovará el vigor, 
subirán con alas como de águilas, 
                                       correrán sin fatigarse y andarán sin cansarse" 

Nací con una rara enfermedad auto-inmune llamada Lupus Neonatal, la cual se me diagnosticó oficialmente a los tres años en un hospital mundialmente famoso.

Decir que mi desarrollo fue poco estable es decir poco.  Fui criada por una madre sociópata y un padre narcisista y de ambos sufrí abandono y abuso. 

Soy la número 4 de 7 hijos, pero debido a mis circunstancias de salud y a mi naturaleza noble, fui la víctima del abuso más agresivo.  Mi madre me resentía -tal vez incluso me odiaba- por la atención que yo recibía y no se molestaba en ocultarlo. 

Mi madre trató de terminar con mi vida muchas veces desde que era recién nacida. 

Siempre me decían que tuve suerte de que ellos no creyeran en el aborto, porque entonces seguro me habrían abortado; muchas veces me decían esto mientras me gritaban o pegaban. 

“Tienes suerte de que no te abortamos”

“Agradece que no fuiste abortada.”

La obscuridad odia la luz, pero Dios siempre estuvo conmigo.  Mi familia mantenía las apariencias y con otras personas compartían a Dios, pero detrás de las puertas no eran como parecían.  Todo era en nombre de Dios siempre y cuando beneficiara su agenda.  

Mis padres tenían roles de liderazgo en nuestra iglesia local y parecía que éramos la familia perfecta – pero estábamos muy lejos de esa imagen. 

Mientras el abandono y el abuso continuaban, mi enfermedad autoinmune progresaba.  

Mis padres me negaron atención médica hasta que tuve 14.  La madre de mi mejor amiga empezaba a ver lo drásticamente enferma que yo estaba, así que me llevó a un neuropatólogo a quien Dios puso en mi vida para ayudarme a salvarla. 

Yo estaba tan inmersa en un mundo tan obscuro, sociópata y narcisista que mi autoestima fue ahogada diciéndome que era un desperdicio de aire y de gracia de Dios; que todos en mi familia irían al cielo menos yo; etc. 

A pesar de no tener ningún tipo de guía y de que me hicieron sentir indigna diariamente, yo le di mi vida a Jesús desde los 6 años.  Elegí ser una voz para los que no tienen voz, y preocuparme de los que sufren necesidad. 

La vida era tan sagrada para mí; un regalo: una bendición.  Rescaté muchos animales abandonados y abusados y les di un hogar y amor.  Continué caminando con Dios.  Yo era la principal cuidadora de niños en nuestra iglesia y estaba profundamente involucrada en varios ministerios como Escuela Dominical, Banco de Alimentos, etc.  En mis primeros años y hasta mis 20s mi abuela y yo íbamos a la “Marcha por la Vida” para recaudar dinero para nuestro centro de embarazos de crisis local.  Yo tuve el honor y el privilegio de aconsejar a jóvenes mujeres para que no abortaran. 

En todos los aspectos, nunca tuve un sentimiento de pertenencia.  Trabajaba duro para que otros se sintieran amados, cuidados e incluidos. 

Su amor que nunca falla me seguía a donde yo fuera.  Su Palabra era mi refugio en el malvado y putrefacto mundo en el que yo vivía creado por mis padres. 

Conforme pasaban las estaciones, trabajé arduamente en 3 empleos, ayudé a criar a mis dos hermanos menores y cuidé de mi madre y de su casa. 

Todo esto estando gravemente enferma.

Finalmente , mi salud llegó a un punto de quiebre; estaba muriendo.  Tuve muchas experiencias cercanas a la muertedurante mi vida y era evidente que, si algo no cambiaba, no podría lograrlo

Fue por esta época que el Señor trajo a mi vida a un maravilloso joven llamado Ryan.  Después de un año de cortejo, nos casamos.  Él se casó conmigo sabiendo de mi condición de salud y de la incertidumbre que venía con ella –incluyendo la incapacidad de tener hijos.  Yo me conservé casta para él durante todos esos años de obscuridad y él es el aire que respiro; nuestros corazones laten al unísono. 

Después de un mes de casados, nos enteramos de que estábamos embarazados. 
¡SÍ!  ¡EMBARAZADOS!

Fue tanto una bendición como una dura prueba, porque mi cuerpo no lidiaba bien con el dolor.  El embarazo fue difícil y aterrador pues mi cuerpo insistía en rechazar a mi bebé.  

Yo me tenía que inyectar un medicamento que me recetó el obstetra para mantener a mi bebé seguro. 

Pero con la Gracia de Dios, nuestro primogénito nació en junio de 2005.  Él ha sido una gran bendición y luz para nosotros.  

Los cuatro años que siguieron a su nacimiento son borrosos.  Durante ese tiempo yo aún era codependiente de mi abusiva familia y aún necesitaba mucha sanación en mi vida.  Adicionalmente, tuve 6 abortos espontáneos de hermosos bebés ángeles y no sabía por qué.  Siempre se me culpaba de todo lo que salía mal cuando era niña, así que naturalmente yo me culpaba a mí misma de que hubiesen muerto mis bebés. 

Después llegó nuestro bebé arcoíris.  Como nuestros otros hijos, este fue un embarazo difícil -nuevamente mi cuerpo intentaba rechazarlo.

En términos de enfermedades auto inmunes, no estaba bien.  Mis profesionales de la salud (si es que se les puede llamar así) me instruyeron tener un ABORTO PROVOCADO. Me dijeron que moriría si no lo hacía y si el bebé por alguna razón podía sobrevivir sería deforme y enfermizo.

No tomamos su consejo, pero seguíamos abrumados porque es muy aterrador estar tan enferma y que te digan que si no terminas con la vida de tu hijo podrías perder la tuya. 

Mi esposo y yo tomamos la decisión de quedarnos a nuestro hijo.  Recuerdo hablar con el dulce bebé en mi vientre y decirle que estaba a salvo; que yo -si fuera necesario- daría mi vida por él; que yo lo amaba tanto y que lucharíamos por él junto a Dios y su infinito poder y con su infinita Gracia que nos sostenía. 

En diciembre de 2008 mi maravilloso hijo nació.  Los dos sobrevivimos para ser testimonios vivientes de Su poder. Mi infancia pudo haber sido un trágico desorden, pero me ayudó a construir un sistema sólido de raíces fundacionales en momentos como ese. 
Después de que nació descubrimos que había contraído un anticuerpo de mi sangre que había comenzado a matar sus células sanguíneas.  Esto se llama Factor Rhesus.  Tuvo que ser llevado en ambulancia aérea al hospital infantil para una transfusión sanguínea completa. 

Dios nos concedió un milagro maravilloso.  Después de días monitoreándolo, ¡todos sus estudios resultaron negativos!!!  ¡¡¡Nuestro bebé estaría bien!!!

No fue sino hasta que tuvimos a nuestra primera hija, que nos enteramos de que yo tenía Síndrome de Sjolgrens y Síndrome Antifosfolípido, lo que estaba causando todos los abortos espontáneos.  Después nos enteramos que tenía otras enfermedades autoinmunes junto con endometriosis y fibromialgia. 

Concluyo diciendo que soy la hija del más Alto Rey; una guerrera por mi propio derecho.  Soy testimonio viviente de su maravilloso poder que puede transformar una vida sin guía cuando ésta se somete a Su voluntad. 

¡¡¡Dios me eligió para pasar por todo eso para convertirme en la mujer fuerte que soy hoy!!!  Yo perdoné a mis abusadores porque el perdón nos libera de las cadenas de nuestro pasado.  Eso no significa que lo que hicieron sea aceptable, sólo significa que no controla mi vida ya más. ¡Dios está en control!

¿Fue fácil? No.  Pero valió la pena.

Soy libre, SOY LIBRE en Cristo que me fortalece.

A través de todo me mantuve pura en Dios.  Ahora que lo veo en retrospectiva me doy cuenta lo fácil que habría sido buscar algún alivio temporal, pero no lo hice.  Tal vez no fui amada por mis padres biológicos, pero Dios me quería tanto que Él planeó mi vida cuando Él creó el mundo

La gente piensa que el aborto es compasivo para gente como yo, pero yo estoy aquí para decir que amo mi vida.  Podemos sobrevivir a nuestras circunstancias si se nos da la oportunidad.  No nos maten; mejor encuentren una forma de ayudarnos.  Nuestras vidas valen mucho más que una solución de hombre de paja a nuestras circunstancias. 

Ahora soy para mis hijos, la madre que yo hubiera querido al crecer.  Rompí con el lazo generacional del abuso que caracterizaba a mi familia haciendo una decisión consciente y un esfuerzo para hacerlo. 

Es fácil seguir por el mismo camino destructivo por el que uno anduvo por tantos añosNos corresponde a nosotros ser los constructores de un nuevo camino que nos conduzca a fructificar. 

No estaría aquí hoy sin Dios.  ¡Cantaré sus alabanzas hasta el final de mis días! 




           Salmos 139: 1-24 
  
           Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. 
Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme;
Has entendido desde lejos mis pensamientos. 
Has escudriñado mi andar y mi reposo,
Y todos mis caminos te son conocidos. 
Pues aún no está la palabra en mi lengua,
Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. 
Detrás y delante me rodeaste,
Y sobre mí pusiste tu mano. 
Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí;
Alto es, no lo puedo comprender. 
¿A dónde me iré de tu Espíritu?
¿Y a dónde huiré de tu presencia? 
Si subiere a los cielos, allí estás tú;
Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. 
Si tomare las alas del alba
Y habitare en el extremo del mar, 
10 Aun allí me guiará tu mano,
Y me asirá tu diestra. 
11 Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán;
Aun la noche resplandecerá alrededor de mí. 
12 Aun las tinieblas no encubren de ti,
Y la noche resplandece como el día;
Lo mismo te son las tinieblas que la luz. 
13 Porque tú formaste mis entrañas;
Tú me hiciste en el vientre de mi madre. 
14 Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras;
Estoy maravillado,
Y mi alma lo sabe muy bien. 
15 No fue encubierto de ti mi cuerpo,
Bien que en oculto fui formado,
Y entretejido en lo más profundo de la tierra. 
16 Mi embrión vieron tus ojos,
Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas
Que fueron luego formadas,
Sin faltar una de ellas. 
17 !!Cuán preciosos me son, oh Dios, tus pensamientos!
!!Cuán grande es la suma de ellos! 
18 Si los enumero, se multiplican más que la arena;
Despierto, y aún estoy contigo. 
19 De cierto, oh Dios, harás morir al impío;
Apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios. 
20 Porque blasfemias dicen ellos contra ti;
Tus enemigos toman en vano tu nombre. 
21 ¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen,
Y me enardezco contra tus enemigos? 
22 Los aborrezco por completo;
Los tengo por enemigos. 
23 Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón;
Pruébame y conoce mis pensamientos; 

24 Y ve si hay en mí camino de perversidad,
Y guíame en el camino eterno.

Comments

Popular posts from this blog

El bebé Zane James McFarlane, un testimonio para la humanidad

La dos veces competidora olímpica, Miki Ando: ‘He elegido la vida de mi bebé sobre el patinaje’

Maestro de Educación especial y su esposa son padres de tres hijos con diagnóstico confirmado y sólo meses de diferencia en edad.