Violada desde los 9 y madre a los 13, ahora ella tiene un grado universitario –- y su bebé es un Cowboy de Dallas


DeQuinton Osborne, de South Grand Prairie, celebra con su madre, Dorothy Osborne, después de obtener su grado universitario por la Universidad estatal de Oklahoma en 2017.  Él ahora está con los Cowboys de Dallas, esperando firmar como novato.  Ella le dio a luz cuando tenía 13. (Cortesía)

POR MAC ENGEL par The Sacramento Bee
Mayo 29, 2018 08:38 AM. Actualizada Mayo 30,  2018 04:13 PM

Traducido por Ana Correa par Defensores De La Vida


Violada y abusada desde que tenía 9 años.  Embarazada a los 12, Mamá a los 13.  Completamente sola a los 16.

Hoy está próxima a graduarse de la maestría en enfermería de la Universidad de Texas, Arlington en Diciembre.  Su único hijo se graduó de la Universidad Estatal de Oklahoma y es novato de los Dallas Cowboys.

Dorothy Osborne tuvo más razones para rendirse a la edad en la que apenas podía obtener su permiso para manejar, que las que mucha gente tiene en toda su vida. Ella nunca dejó que los obstáculos le impidieran obtener lo que deseaba.

Ella nunca tuvo tiempo para decidir si era provida o proelección, pero ella es todo lo que un provida cree: Que toda vida es digna de ser salvada, y que toda vida puede ser buena.

“Tengo 36.  Él tiene 23”, dijo Dorothy Osborne sobre su hijo.  “Es un milagro que esto haya sucedido. Pienso en ello todos los días.”

DeQuinton Osborne es línea defensiva, esperando firmar con el equipo.  Cómo llegó aquí puede que sea un milagro, pero también se debe a la fuerza inspiradora de una persona –su mamá.

Determinada a no ser sólo una estadística más
Antes de salir de clase de atletismo en la secundaria South Grand Prairie, Dorothy Osborne fue detenida por una maestra.  Tenían los resultados de su examen médico que era requerido para poder participar en atletismo y carrera.

“No puedes correr”, dijo la maestra, “estás embarazada”.

Dorothy Osborne tenía 12.  Tenía 4 meses para prepararse para ser mamá.

“No tenía idea”, dijo.  “Básicamente no tenía hogar.  Mis padres eran ambos drogadictos.  El Crack era el problema.  No tenía hermanos ni hermanas.  Vivía con mi padre.”

Cuando Osborne comenzó a visitar doctores, consejeros, y funcionarios estatales sobre el bebé, una de las primeras preguntas fue si la relación había sido consensual.  El padre del niño tenia 17.

“Yo creía que sí había sido consensual, pero a esa edad no lo sabía”, dijo.  “Cuando el estado intervino, preguntaron si era violación estatutaria o abuso sexual”.

Guiada por la dirección y las recomendaciones de los consejeros, tomó clases de maternidad para prepararse para ser mamá mientras seguía en la escuela.

“Tenía toda esta información, y bam, el bebé llegó en Acción de Gracias de 1994”, dijo.

Se mudó a una casa hogar para bajos recursos, fondeada por el estado cerca de la preparatoria South Grand Prairie y entró en un programa de estudio-trabajo.  Trabajó en McDonald’s.  Su hijo estaba en guardería de las 6 a.m. a las 11 p.m.

El padre de DeQuinton ya no estuvo presente en su vida desde que tenía 3 años.  No se han visto desde entonces.  

Ella no estaba completamente sola, pero casi.  Ella sentía las miradas, las burlas, el ridículo.

“La gente me llamaba puta”, dijo. “Cada día tenía que lidiar con alguien.”  Me preguntaba “Por qué a mí?”  “Ahora soy Cristiana y tengo fe y se que todo pasa por una razón.

Como la mayoría de los padres primerizos, ella no tenía idea de lo que hacía.

“Le daba la fórmula y no sabía si ponía demasiada o muy poca agua”, dijo.  “Era tan joven- sólo hice lo que pude. Esa era mi vida.  Era mi momento.  Él era mi foco.  En ese momento de mi vida, él era la única persona que yo sabía que me amaba.  Él era mi motivación.  Él era mi hijo.”

“En retrospective, pienso, ‘¿Cómo rayos lo hice?’”

Plan B
Dorothy Osborne recibió su diploma de bachillerato de la Preparatoria South Grand Prairie cuando su hijo tenía 5.

Tomó clases en la Universidad de Texas Arlington para obtener su grado en enfermería y después obtuvo empleo en un consultorio médico.  Inició una relación con su actual esposo, Derrick White, cuando ella tenía 19.  Han estado juntos por 17 años ya.

“Para Quinton, él es su papá”, dijo Dorothy.

A DeQuinton le gustaba el football, pero no lo demás de la escuela.  Realmente nada.

“Por como iba, seugro habría terminado en un el Kilgore Junior College y después obtener un trabajo como burócrata”, dijo su coach de preparatoria Brent Whitson.

Pero en ese punto, la relación entre madre e hijo estaba claramente definida.

“Le dije, ‘Yo no soy tu amiga.  No soy tu chica.  Soy tu madre’”, ella dijo.  “Y me vas a respetar”.
Al comienzo del último año de preparatoria de DeQuinton, ya era un gran jugador de footbol de nivel preparatoria.  Los entrenadores de universidades lo buscaban.  Querían al jugador, pero le huían al estudiante.

Sus notas no eran buenas.

Cuando comenzó el último semestre de su último año, DeQuinton necesitaba tres As y dos Bs para poder calificar académicamente para una beca de football. En ese momento, casi todas las escuelas ya se habían resignado.  Missouri seguía esperando que mejorara sus notas.

Su madre tomó a su hijo y se sentó con consejeros y entrenadores para determinar lo que tenía que hacerse.  Había una forma, pero su hijo tenía que sacar buenas calificaciones.

“El 31 de Mayo, Missouri le ofreció una beca completa”, Whitson dijo.  “Eso me reafirmó lo que los jóvenes pueden hacer.  Los maestros no quieren reprobarte.  Él era sólo un adolescente.  Él se esforzó.  Empezó a hacer con la escuela, lo que había hecho con el football el otoño anterior.  Podía verse que la luz finalmente se había encendido.”

Irse a Missouri no fue tan bueno.  A Osborne no le gustaba el frío.  Las clases eran algo a lo que casi no iba.  Generalmente estaba en la “Escaladora” en las mañanas, que era el castigo típico para los holgazanes bajo el coach Gary Pinkel.

Osborne se quiso transferir al Kilgore College.

Por esas fechas su madre decidió decirle a su hijo sobre lo que había sido para ella cuando él era muy pequeño.

“Antes, le había comentado sólo algunas partes.  Usaría mi experiencia para decirle que se alejara de los problemas”, ella dijo. “Cuando tuvimos esa conversación, no fue fácil.  Él se enojó.  Él lloró.  Él golpeó la pared. Teníamos que sacarlo todo, y eso nos acercó mucho más.”

Después de dos años en Kilgore, Osborne firmó la Carta de Intención Nacional para jugar en Baylor con el coach Art Briles. 

Pero poco después de tres meses, Riles fue despedido por un escándalo de violación.

A los jugadores que habían firmado con Baylor no se les permitió rescindir el contrato, a pesar del enojo de muchos estudiantes y sus padres, especialmente el de Dorothy Osborne.  

“Yo fui violada, y no había forma de que yo permitiera que mi hijo fuera ahí.”, dijo.  “Si no lo dejaban salir, ya tenía un abogado listo para demandar.”

Tres semanas después, Baylor permitió que los que habían firmado, rescindieran su contrato. Osborne se fue a la Estatal de Oklahoma.

Jugó por dos años para los Cowboys de la Estatal de Oklahoma.
“Mi mama y mi papá fueron a todos mis juegos”, dijo.

La regla de mi mamá era que tenía que obtener mi grado universitario antes de poder ir a la NFL.  En diciembre, caminó por el escenario para recibir su grado en educación.

Después firmó como agente libre para los Cowboys de Dallas.  Su equipo favorito.

El hijo de Dorothy Osbore es brillante, humilde, elocuente, con educación universitaria y con trabajo.

Ella tenía más razones para renunciar que las que la mayoría de la gente han experimentado, pero nunca la detuvieron para ser la persona que aspiraba a ser y la mujer que ella quería ser.

“Para ustedes, lo que ella hizo es increíble, pero para mí, era mi vida. Crecí con ello,” dijo Dequinton.  “Estoy más agradecido que nunca por quien ella es.  Las palabras.. no pueden explicar lo agradecido que estoy. Ella siempre estuvo detrás de mí.”

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