Robyn se niega a abortar a su hijo después de recibir un diagnóstico prenatal, dar a luz a un bebé sano

En enero de 2016, Robyn Power de Terranova, Canadá descubrió que esperaba a su hijo Thomas. Su pequeña familia estaba creciendo, y no podría haber estado más emocionada. 

Su primer ultrasonido volvió normal y también su segundo uno unos meses después.

Pero no mucho después de su segunda ecografía, recibió una llamada del hospital. Para su consternación, le dieron la noticia de que su hijo no podría llegar. Tenía un bloqueo en el corazón y las posibilidades de vivir sin necesidad de un trasplante eran muy escasas. La enviaron a un especialista en St. Johns para que pudieran establecer un buen equipo para cuando nació su hijo para prepararse para su cirugía a corazón abierto. 

Sin embargo, ¡hubo incluso más malas noticias! Los doctores le dijeron que Thomas tenía el marcador del Síndrome de Down y le preguntaron si quería un aborto.

Robyn se mantuvo firme y se negó a quitarse la vida, diciendo a los médicos que lo amaría sin importar cómo había nacido. 

Unas semanas más tarde, Robyn recibió aún más malas noticias. Los doctores le dijeron que Thomas había dejado de crecer; y una vez más, le preguntaron si quería terminar. 

Robyn se mantuvo firme y continuó su embarazo. Thomas tenía previsto el 18 de septiembre, pero nació el día 7-2 días después del cumpleaños de su madre.

Estaba tan asustada y no estaba preparada para lo que iba a suceder. Muchas preguntas inundaron su mente; ¿Qué iba a tener que enfrentar? 

Pero Thomas nació como un bebé saludable, de 7 libras y rebotando, con un corazón fuerte y sin Síndrome de Down. ¡Thomas había sido MALDIAGNOSTICADO!

Robyn dice: "¡Él es el hombrecito más perfecto si hubiera escuchado a esos doctores que ese hombrecito perfecto no estaría aquí hoy! Estoy tan contento de haberme mantenido firme y seguir adelante". Thomas tiene ahora diez meses.

A menudo me pregunto cuántos bebés abortan debido a diagnósticos erróneos. Al igual que Robyn, les debemos a nuestros hijos darles una oportunidad en lugar de confiar en una opinión médica hipotética sobre cómo serán las vidas de nuestros hijos. Después de todo, los doctores son humanos. ¡Y también lo son nuestros bebés prenatales!

escrito por Feleica Langdon, Presidenta de Life Defenders 

traducido por Jessica Vélez para Defensores De La Vida